El cigarro electrónico: tecnología disruptiva y opción viable de reducción de daños del tabaquismo
Dr Roberto A. Sussman
Institute of Nuclear Sciences, UNAM
11 de septiembre de 2019
Resumen:
La estrategia de la reducción de daños del tabaquismo se basa en el hecho de que los riesgos sanitarios por fumar surgen preponderantemente de la inhalación del humo, producto de la combustión de la hoja de tabaco, pero no por el consumo de nicotina en si misma. Ya hay un consenso científico sólido sobre la reducción significativa de riesgos sanitarios por la sustitución del cigarro de tabaco por productos que entregan la nicotina sin combustión, como los cigarros electrónicos. En base a estos hechos, el gobierno del Reino Unido ha incorporado el uso recreativo de estos dispositivos como parte de su política oficial de salud pública. Como consecuencia, más de 1 millón y medio de fumadores británicos dejaron de fumar en 5 años. Sin embargo, hay mucha desinformación al respecto, originada por un rechazo infundado de la institucionalidad médica (sobre todo en los EEUU) a todo consumo recreativo (no medicinal) de nicotina. Esta hostilidad carece de bases científicas, se debe principalmente a que el cigarro electrónico es una tecnología disruptiva que afecta intereses de las industrias farmacéutica y tabacalera, perturbando además el modus operandi del llamado “control del tabaco”, una burocracia global de médicos, reguladores y cabilderos centrada en la OMS, la cual esboza la utopía del “riesgo cero”, o el puritanismo de la abstinencia total y el “mundo sin adicciones”, elementos ideológicos de la “guerra contra las drogas” llevada a cabo contra la nicotina, que es una sustancia legal. Desafortunadamente, esto está causando un enorme daño social, ya que coloca obstáculos onerosos e innecesarios a millones de fumadores para migrar en forma voluntaria y libre hacia el consumo de nicotina mediante productos de mucho menor toxicidad. Además, al igual que la “guerra" contra las sustancias (drogas) ilegales, representa un paternalismo autoritario que se asume detentador único del bien común para suprimir el derecho de la libertad de elección de los adultos en una sociedad libre y democrática.