La memoria de trabajo es un sistema que mantiene y manipula temporalmente la información implicada en todos nuestros actos cognitivos. Numerosas investigaciones han demostrado que diversos factores afectan tanto su capacidad como su precisión, siendo la naturaleza del estímulo que se procesa un elemento clave. En ese sentido, entre los estímulos complejos del mundo real, los rostros ocupan un lugar de gran importancia, debido a su relevancia ecológica para la especie humana. Sin embargo, todavía se desconoce la capacidad para procesar la identidad facial en la memoria de trabajo. Esta charla aborda la pertinencia del estudio de rostros, entendidos como representaciones integradas fundamentales para la cognición humana y, por ende, para indagar respecto a la función y la capacidad de la memoria de trabajo. Asimismo, entre los estímulos socioafectivos, los rostros tienen gran importancia. En particular, pueden provocar múltiples percepciones sociales debido a su gran diversidad de rasgos. Un segundo y último objetivo general de esta discusión es presentar algunas observaciones críticas respecto a los correlatos sociales del rostro, con base en discusiones antropológicas y evolucionistas integrativas y relacionales.