Las especies más sociales, como los humanos y los insectos sociales, han evolucionado capacidades cognitivas especializadas en el procesamiento de información social. No obstante, parece que el camino evolutivo de los aparatos cognitivos y de los cerebros de los insectos sociales ha seguido un camino diferente al de la evolución social de los primates. En estos últimos, de acuerdo con la hipótesis del cerebro social, se ha sugerido que, debido a que el ambiente social impone complejos retos cognitivos a los animales, la evolución social habría favorecido el aumento en la inversión de recursos destinados al cerebro. No obstante que hay datos que sugieren que la hipótesis del cerebro social puede aplicarse a la evolución de las sociedades de vertebrados, principalmente de primates, esta perspectiva surge desde el punto de vista del individuo que se integra en un ambiente social que impone sofisticados retos cognitivos. Por el contrario, partiendo del punto de vista del superorganismo, cada hormiga o abeja no es un organismo por sí mismo, sino parte de una entidad mayor sobre la que actúa la selección natural. Es la colonia, no los individuos, la que compite con otras entidades semejantes por recursos y territorio. Así, los grupos de individuos especializados en tareas específicas, llamados castas, constituirían un nivel de cognición básico que debe integrarse en el nivel colectivo. Desde esta perspectiva, conocida como hipótesis de la cognición distribuida, los miembros de la sociedad dependen de los sistemas de comunicación entre grupos en lugar de en la cognición individual. La consecuencia evolutiva de esta hipótesis no es la misma que la de la hipótesis del cerebro social que predice un aumento de la inversión cerebral en respuesta a los retos cognitivos del ambiente social, sino, por el contrario, predice una reducción en la inversión cerebral en los individuos que pertenecen a las diferentes castas conforme aumenta el grado de integración social. Estas capacidades cognitivas en diferentes niveles de los insectos sociales asociadas con la relativa simplicidad de su sistema nervioso, hacen de ellos importantes objetos de estudio en el campo de la conducta animal y las neurociencias.