Está documentado que los pacientes con algún trastorno del espectro de la esquizofrenia muestran alteraciones en medidas de cognición social que incluyen déficit en el procesamiento de la emociones, especialmente en aquellas señales emocionales en rostros, percepción de pistas sociales, estilo atribucional y mentalización. También es bien conocido que estas particularidades en el procesamiento de información social se asocian con un bajo funcionamiento. Por ello se ha considerado este dominio cognitivo como un blanco terapéutico. Una de las aproximaciones más novedosas para el trabajo de estos déficits es el entrenamiento en metacognición de Moritzy y colaboradores (2011) quienes proponen una intervención no farmacológica dirigida a disminuir los sesgos cognitivos que se asocian con un mal procesamiento de la información y con el mantenimiento de algunos síntomas positivos en la esquizofrenia como son las ideas delirantes. El programa trabaja sobre la disminución de: I) El sesgo específico de recolección de datos denominado salto a conclusiones precipitadas, II) El estilo atribucional, III) Metamemoria, IV) Sesgo contra la evidencia disconfirmatoria. Este tratamiento incluye ejercicios cognitivos que entrenan al paciente para considerar diversas fuentes de información para desalentar las primeras interpretaciones y considerar tener más información para la toma de decisiones; ejercicios específicos para el desarrollo de estrategias compensatorias para el déficit en cognición social que incluyen ejercicios sobre empatía y teoría de la mente; así como módulos adicionales para trabajar el estigma a la enfermedad y autoestima. Este programa se encuentra en fase de prueba, pero existen resultados recientes sobre su efectividad.