Resumen: 

El agua, no es solo una forma química, sino también un elemento del alma, un fluido que nos conecta con la espiritualidad, con nuestra fe, con la vida, con nuestra esencia misma. Un bien que permite la vida en el planeta, cubriendo un 70% de la superficie del planeta, de la cuál solo un pequeño porcentaje podemos utilizar para nuestras actividades, misma que desperdiciamos; de la cual solo una fracción a la que no toda la población tiene acceso de forma segura, y a la cual cada vez mas tendremos menos acceso. La situación actual del agua a nivel global durante los últimos años se ha agravado año con año, haciendo que este recurso sea cada vez más y más escaso y preciado. Actualmente, en México, 60% del agua potable proviene de los cuerpos de agua superficiales. De los principales ríos, siete representan 71% del agua superficial del país, distribuidos en la zona centro y sur del país, mientras que sólo 29% del agua superficial se ubica en la zona norte.  La generación de aguas residuales en México ha tenido un crecimiento desmedido en las últimas décadas. Actualmente Conagua, menciona que se ha alcanzado una cobertura superior al 80% de agua potable y un 77% de alcantarillado en zonas urbanas, alcanzando los 90,000 m 3 /s de tratamiento de aguas residuales a través de sistemas de tratamiento municipales e industriales, pero desafortunadamente aún queda mucho trabajo por hacer en este rubro, ya que estos sistemas todavía son insuficientes y muy costosos. Es necesaria la implementación de nuevas tecnologías y la capacitación de recursos humanos especializados técnicamente para estas tareas. El principal problema de las aguas superficiales es la contaminación, en particular por las aguas residuales, ya sean domésticas, industriales, agrícolas o ganaderas, que en la mayoría de los casos son vertidas sin tratamiento previo y que contienen elementos y sustancias contaminantes disueltas muy peligrosas, por lo que es apremiante el trabajo multidisciplinario para el control de la contaminación y uso sustentable del agua, privilegiando el uso medioambiental, así como la formación de recursos humanos especializados, capaces de solucionar y gestionar este tipo de situaciones, a fin de minimizar los posibles conflictos por el agua a mediano y largo plazo, garantizando de forma totalmente sustentable este importante recurso para el ambiente y las personas. 

Semblanza: 

Mi nombre es Héctor Eduardo Arellano Franco, Técnico Laboratorista Industrial (1996) y Químico Industrial (2002) por la UAEM (orgullosamente venado), Maestro en Ciencias y Tecnología del Agua y Sistemas Ambientales (2010) por IMTA-Conagua-Conacyt, Doctor en Ciencias en Oceanografía Costera (2017) por la UABC. Cuento con más de 15 años de experiencia en trabajos de evaluaciones ambientales, relacionadas con la calidad y tratamiento del agua en cuerpos de agua natural y artificiales, así como descargas de aguas residuales a lo largo y ancho del país cuando trabajé en la subordinación de Hidrobiología y Evaluación Ambiental del IMTA. Me desarrollé profesionalmente desde nivel medio superior en el análisis físicoquímico y microbiológico del agua y cuidado del medio ambiente. Actualmente, me desarrollo profesionalmente en la Escuela de Técnicos Laboratoristas de la UAEM como profesor por horas del área de Química, y en la carrera de Tecnologías Ambientales, en donde imparto la materia de Usos Sustentable del Agua, desde el año 2017, y en donde hemos propuesto algunos proyectos de manejo sustentable de residuos y las aguas residuales grises generadas en la unidad biomédica.